¿Has experimentado alguna vez la sensación de que algo terrible está por ocurrir y te ves incapaz de detenerlo? ¿Sientes que tu corazón late con tanta fuerza que parece que va a salirse de tu pecho? Si has experimentado estos síntomas, es posible que hayas tenido un ataque de pánico. En este artículo descubrirás todo lo que necesitas saber sobre el trastorno de pánico: qué es, cómo reconocer los síntomas y cuáles son los mejores tratamientos para superarlos. ¡Prepárate para recuperar el control de tu vida y dejar atrás el miedo y la ansiedad!
¿En qué se diferencia un ataque de pánico de una crisis de ansiedad?
Un ataque de pánico o crisis de angustia es el sistema de alarma del cuerpo fallando. Sin un desencadenante, aparece dolor en el pecho intenso, escalofríos, sudores, mareos, inquietud, sensación de miedo muy intensa, acompañada de pensamientos del tipo: «me voy a morir», «va a suceder algo horrible», «no aguanto más».
Por el contrario, un ataque o crisis de ansiedad no surge de la nada, surge de manera gradual y tiene un desencadenante, un origen. Este desencadenante puede ser un estímulo, situación o miedo específico, que comienza a generar un pensamiento obsesivo y resulta en una sensación de ansiedad, nerviosismo, aumento de la frecuencia cardíaca, entre otros síntomas.
Entonces… ¿Es lo mismo un ataque de pánico y una crisis de ansiedad?
¿Qué es el trastorno de angustia?
Se habla de trastorno de angustia cuando una persona padece ataques de pánico frecuentemente. Sé consciente de que leer estos criterios no es un sustituto válido de la información de un profesional, y se recomienda acudir a un psicólogo o a un psiquiatra en caso de sufrir ataques de ansiedad.
El DSM–V (un manual para diagnósticos) indica que para poder diagnosticar un trastorno de angustia deben cumplirse varias condiciones:
A. Sufrir un ataque de pánico en el que se den 4 o más de los siguientes síntomas:
- Palpitaciones, latidos cardíacos fuertes, taquicardia
- Sudoración
- Temblores
- Disnea, sensaciones de sofocación
- Sensaciones de ahogo/asfixia
- Dolor o molestia precordial
- Náuseas, molestias abdominales
- Mareos, inestabilidad, sensación de desmayo
- Escalofríos o sensaciones de calor
- Parestesias (entumecimiento u hormigueo)
- Desrealización (sentimientos de irrealidad) o despersonalización (estar desapegado de uno mismo).
- Miedo de perder el control o de enloquecer
- Miedo de morir
B. Al menos uno de los ataques es seguido por 1 mes (o más) de uno o ambos de los siguientes:
- Preocupación persistente por ataques de pánico adicionales o sus consecuencias (por ejemplo, perder el control, sufrir un ataque cardíaco, “volverse loco”).
- Un cambio desadaptativo significativo en el comportamiento relacionado con los ataques (por ejemplo, comportamientos diseñados para evitar ataques de pánico, como evitar el ejercicio o situaciones desconocidas).
C. La alteración no es atribuible a:
- los efectos fisiológicos de una sustancia (por ejemplo, abuso de una droga, un medicamento)
- otra condición médica (por ejemplo, hipertiroidismo, enfermedades cardiopulmonares).
D. La alteración no se explica mejor por:
- Ansiedad social
- Fobia específica
- Obsesiones como en el trastorno obsesivo compulsivo.
- Trastorno por estrés postraumátivo.
- Trastorno de ansiedad por separación
- Otro trastorno mental
¿Qué síntomas tiene un ataque de pánico?
Los síntomas de un ataque de pánico son diferentes para cada persona, pero podemos decir que es un ataque de pánico si se dan 4 o más de los siguientes síntomas:
Síntomas de un ataque de pánico
- Palpitaciones, latidos cardíacos fuertes, taquicardia
- Sudoración
- Temblores
- Disnea, sensaciones de sofocación
- Sensaciones de ahogo/asfixia
- Dolor o molestia precordial: se siente en el pecho, cerca del corazón. Esta molestia puede variar en intensidad y puede ser descrita como una sensación de ardor, opresión, pesadez o dolor punzante.
- Náuseas, molestias abdominales
- Mareos, inestabilidad, sensación de desmayo
- Escalofríos o sensaciones de calor
- Parestesias (entumecimiento u hormigueo)
- Desrealización (sentimientos de irrealidad) o despersonalización (estar desapegado de uno mismo).
- Miedo de perder el control o de enloquecer
- Miedo a morir
¿Cómo se origina un ataque de pánico?
Nuestro cuerpo tiene un sistema de alarma, que sirve para detectar peligros. Tenemos una estructura en el cerebro llamada «amigdala» que se encarga de asignar que es peligroso y que no.
Si nuestro sistema de alarma empieza a fallar, es cuando suceden los ataques de pánico. Hay una hipersensibilidad del sistema noradrenergico cerebral, lo que significa que una parte de nuestra alarma se volvió muy sensible, y ahora salta con que se acerquen.
Los ataques de pánico solo duran unos minutos, aunque sean unos minutos muy intensos, recuerda, esa sensación se termina en unos minutos. Puede que parezca que es una situación muy peligrosa, pero en un ataque de pánico no hay ningún peligro real, aunque sí mucho sufrimiento.
¿Cuál es el mejor tratamiento para los ataques de pánico?
El tratamiento principal de los ataques de pánico es la terapia cognitivo-conductual (la que empleamos en Laterapiaonline) y en ocasiones, medicación (que puede ser Clonazepan, Alprazolam, Sertralina, Citalopram, entre otras posibles.)
El tratamiento de los ataques de pánico suele durar 6 meses, pero depende de cada persona.
El tratamiento psicológico consiste de psicoeducación, entrenamiento en técnicas de relajación, entender los desencadenantes, enfrentar las trampas cognitivas, consejos psicológicos y terapia conductual.
También es efectiva la terapia basada en mindfulness. Aquí puedes ver ejercicios cortos de mindfulness.
Terapia cognitivo-conductual para los ataques de pánico.
La terapia cognitivo conductual se centra en los pensamientos, las conductas y las creencias de las personas. Trata de hacer cambios en cualquiera de esas partes, para ayudar a la persona a superar los ataques de pánico.
Componentes de la terapia cognitivo-conductual para los ataques de pánico
Psicoeducación
Esta técnica implica educar al paciente sobre los síntomas del ataque de pánico, cómo se desarrolla y cómo se mantiene. El objetivo es ayudar al paciente a comprender mejor su ansiedad y reducir su miedo a los síntomas.
Reestructuración cognitiva
Ayudar al paciente a identificar y cambiar sus patrones de pensamiento negativos que pueden estar contribuyendo a su ansiedad. El terapeuta trabaja con el paciente para identificar pensamientos distorsionados o irracionales y los reemplaza por pensamientos más realistas y positivos.
Autorregistro de pensamientos:
El paciente lleva un registro detallado de sus pensamientos, emociones y conductas en situaciones específicas que le generan ansiedad. El objetivo es ayudar al paciente a identificar patrones en su pensamiento y comportamiento que puedan estar contribuyendo a su ansiedad.
Respiración diagragmática:
Aprender a respirar profundamente desde el diafragma, lo que puede ayudar a reducir la hiperventilación y otros síntomas físicos del ataque de pánico.
Exposición interoceptiva para los ataques de pánico
Se expone al paciente a sensaciones corporales internas (como palpitaciones cardíacas, sudoración o mareo) que pueden desencadenar un ataque de pánico, para que pueda aprender a enfrentarlas sin sentirse abrumado/a.
El terapeuta guía al paciente a través de una serie de ejercicios diseñados para provocar sensaciones corporales similares a las que experimenta durante un ataque de pánico. El objetivo es que el paciente aprenda a reconocer estas sensaciones y a enfrentarlas sin sentirse abrumado/a.
La exposición interoceptiva puede ser útil para reducir la ansiedad y disminuir la frecuencia e intensidad de los ataques de pánico.
Preguntas frecuentes de los ataques de pánico:
¿Cuánto dura un ataque de pánico?
Un ataque de pánico puede durar entre 5 minutos y 20 minutos, aunque en algunos casos puede alargarse a horas. Cuando los ataques de ansiedad se vuelven largos es de gran importancia comenzar a buscar ayuda profesional, acudir a un psicólogo o a su médico de cabecera.
¿Ataque de pánico y ataque de ansiedad, es lo mismo?
Los ataques de pánico y los ataques de ansiedad no son lo mismo, aunque popularmente tiendan a usarse como sinónimos. El ataque de pánico surge sin un desencadenante. Los ataques de ansiedad sí aparecen tras un desencadenante. Un desencadenante es un estímulo, hay «algo» que aparece, ya sea un pensamiento o una situación.
Los ataques de pánico y de ansiedad comparten algunos síntomas: Malestar, mareo, presión en el pecho, pensamientos catastrofistas. Los mecanísmos biológicos por los que suceden ambos tienen también ciertas coincidencias. Los dos tienen que ver con la hiperactivación de la amígdala y del sistema de alarma del cuerpo.
Los síntomas del ataque de pánico pueden ser más alarmantes que los de una crisis de ansiedad, el malestar físico más intenso y la sensación de peligro inminente más aguda.
¿Qué puedo hacer durante un ataque de pánico?
Si te preguntas ¿Cómo puedo actuar durante un ataque de pánico? Lo primero y más importante, debes recordar que un ataque de pánico no supone un peligro real para tu vida. Si, genera mucho sufrimiento y duele, lo sé, pero no te vas a morir por mucho que tu mente te diga lo contrario. Lo mejor que puedes hacer es aceptar lo que está sucediendo, dejar de lucharlo y esperar a que pase.
Trata de concentrarte en lo que está sucediendo, no te centres en lo que podría pasar o en lo que te da miedo que pase, haz tu mayor esfuerzo en centrarte en lo que está pasando de verdad. Respira lento: Cuando respiras rápido, tu cerebro se sobrecarga y genera más ansiedad, trata de hacer las respiraciones profundas y lentas en la medida que te sea posible.
¿Qué consecuencias tiene un ataque de pánico?
A corto plazo un ataque de pánico supone un gran estrés para la mente y el cuerpo, lo que genera agotamiento y falta de energía, aumenta los niveles de ansiedad y genera un miedo intenso a que se repitan. Es frecuente comenzar a evitar situaciones por el miedo a que suceda un ataque de pánico en una situación que no se pueda controlar.
A largo plazo, los ataques de pánico pueden generar un impacto en la vida de las personas, haciendo que se aíslen socialmente, dejen de hacer actividades que les resulten placenteras, puede afectar a su trabajo y a otras áreas de su vida. A largo plazo puede también generar otros trastornos de ansiedad, depresión o de consumo de sustancias.
Es importante buscar ayuda pronto, para poder empezar a actuar y evitar que se desarrolle un trastorno.
¿Qué pasa si voy a urgencias por un ataque de pánico?
Como los síntomas del ataque de pánico son similares a los de un infarto, es normal acudir a urgencias cuando se está sufriendo un ataque de pánico. En ese momento se siente muy real la sensación de peligro inminente. En urgencias podrán informarte de que lo que estás sufriendo es un ataque de pánico y ayudarte a tranquilizarte.
¿En que se diferencia un ataque de pánico de un infarto?
Durante un ataque de pánico, el dolor en el pecho es agudo o punzante y se localiza en el medio del tórax.
Durante un infarto, el dolor en el pecho se siente con opresión.
Durante un infarto, el dolor de pecho puede extenderse al brazo, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Presentación de un caso clínico de ataques de pánico: "Z"
García y Contreras (2019) describen el caso de Z: es una mujer de 31 años residente de la Ciudad de México, con estudios a nivel superior en psicología y que actualmente trabaja en el área de administración de empresas y desarrollo de logística de software. Z ha sufrido ataques durante las entrevistas laborales en los últimos 6 meses, siendo el último tan difícil para ella que tuvo que recibir apoyo médico por parte de la empresa. Este hecho fue lo que la llevó a buscar ayuda profesional e iniciar un tratamiento.
Z ya había tomado un proceso terapéutico con anterioridad, pero lo abandonó debido a la falta de empatía por parte del terapeuta. Este proceso había tenido un tiempo aproximado de 1 año en el cual no veía más avances.
A partir del análisis funcional del caso, se determinaron los objetivos terapéuticos necesarios para ayudar a Z a superar su problema. Se propuso una intervención cognitivo-conductual basada en investigaciones previas realizadas en pacientes hispanohablantes.
La intervención se centró en técnicas como la exposición gradual y controlada al estímulo temido, el entrenamiento en habilidades sociales y comunicativas, así como el aprendizaje y aplicación de técnicas cognitivas para modificar pensamientos disfuncionales.
Es importante mencionar que durante todo el proceso terapéutico se trabajó con Z para asegurar su apego al tratamiento. Se le explicó detalladamente lo que se trabajaría y se le alentó a dar réplica al terapeuta si en algún momento no se estaba trabajando adecuadamente.
Tras varias sesiones, Z mostró una evolución positiva significativa. La claridad con la que se trabajó durante todo el proceso fue una pieza clave para su apego al tratamiento. A pesar del miedo inicial hacia los ejercicios de exposición, Z logró superarlos gracias a su compromiso y perseverancia.
Conclusión
Los ataques de ansiedad, pese a que generan un gran sufrimiento, no suponen un peligro real para la vida de la persona. Aun así pueden generar mucho estrés y afectar a la vida de la persona, por lo que es muy importante comenzar un tratamiento psicológico y farmacológico (si se considera necesario), para evitar que los trastornos de pánico continúen. Si sufres ataques de pánico puedes contactar con nosotros. Un psicólogo experto en ataques de pánico y en superar la ansiedad te atenderá y juntos podréis dejarlos atrás. ¡Contacta hoy!
Bibliografía
Asmundson GJ, Taylor S, Smits JA. Panic disorder and agoraphobia: an overview and commentary on DSM-5 changes. Depress Anxiety. 2014;31(6):480-486.
Garcia, H. B. A., & Contreras, A. H. (2019). Intervención cognitivo-conductual en un caso de ataques de pánico. Revista de casos clínicos en salud mental, 7(1), 5-14.
Reyes-Ticas, J. A. (2010). Trastornos de ansiedad: Guía práctica para diagnóstico y tratamiento. Biblioteca virtual en salud.
Romero Mejía, L. (2021). Romaris dispositivo para registro de ataques de ansiedad.